Es
complicado poner las cosas en orden con tu voz en mi cabeza, entonces
te soborné escaleras abajo con un Marlboro rojo, y ahora me siento tan
ridícula .. descubriendo que ya lo sabías... ¿Cuántas torturas más tenés
para hacerme sufrir? Probablemente me viste reírme de todos tus
chistes, y de cómo no me avivé cuando te robabas todos mis cigarros. Y a
pesar de que mi orgullo no se perturba fácilmente,
me mandaste a volar cuando de una patada me tiraste a la calle, con tus
jeans gastados y tu remera de los Beastie, ahora no ni puedo trabajar
contigo cerca de mí. Y a pesar de que él no está para nada en el rango
de mis años, esto sirve para derramar mis inútiles lágrimas. No estoy
acostumbrada a eso, yo observo... no me persigo, y ahora estoy pagando
las consecuencias refregadas en mi cara. Y los melodramas de mi día me
hacen estallar, y eso sobrepasa a tu rechazo, solamente muestra que era
una simple atracción y me hace reflexionar, que al final, no soy tanto
para ti como parecía. Su mensaje fué brutal pero su entrega era amable,
quizás si no le doy importancia lograré sacármelo de la cabeza, esto
contribuye a ponerme en condiciones y a enderezar mis torceduras, a
pesar de mi frustración por lo que él piensa. Yo sabía la verdad, y que
cuando llegara iba a tener ese efecto. Por lo menos tú estás atraído
hacia mí, lo cual yo no esperaba, no pensé que llegaras a tanto, pero
nunca me odié a mí misma tanto por mi edad...
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